¡QUE LO PARIÓ... CON LA CARRIÓ!!!


La pobre presidenta que habla y habla para que nadie la escuche

Me tocó pasar por la escuela primaria (1948 – 1953) en tiempos de la Argentina feliz.

Las maestras que enseñaban para toda la vida, y por eso uno aún conserva el conocimiento sobre ciertas reglas del idioma, no permitían el uso del artículo definido masculino o femenino delante de nombres propios.

Si bien es cierto que el o la anteponiéndose es una cuestión regional (en Cataluña es de uso aceptado, y de uso común en el interior profundo de nuestro país), entre nosotros no debe decirse la Susana, la Mirtha o el Marcelo, ya que se lo interpreta como descalificante o grosero.

Y ya que es descalificante y grosero, quiero serlo, diciendo y escribiendo LA Carrió.

La pitonisa de la política argentina, (pitonisa proviene del griego Pito que a su vez fue tomado de la serpiente Pitón), la del oráculo permanente al que recurren sus amanuenses para enterarse de cuestiones inquietantes; la ex funcionaria judicial funcional al Proceso; la mitómana incorregible; la injuriosa compulsiva; la destituyente (aforismo por golpista); en definitiva en idioma popular: la gorila histérica, se ha atrevido con todo atrevimiento a decir “la pobre presidenta que habla y habla para que nadie la escuche” refiriéndose a Cristina Fernández de Kirchner.

LA Carrió, amén de todo lo que es, también es atrevida de atrevimiento absoluto.

A la Presidenta la escuchan todos, los propios y los ajenos; los unos y los otros; los que la apoyan y los que la combaten; los que sienten que su voz está dirigida a ellos y los que saben que su voz está dirigida contra ellos.

A la Presidenta la escuchan cuando dice: “la lucha por la igualdad sigue siendo la misma que hace 200 años a lo largo y a lo ancho del país, igualdad social e igualdad federal” (acto de entrega de viviendas en la provincia de La Rioja, 7 de septiembre de 2009).

Y también al señalar que: “Hoy estamos en una etapa civilizatoria donde la gran inversión es combatir la pobreza, para que cada vez haya más trabajadores con mejores salarios, más usuarios y más consumidores” (Cumbre de Alcaldes, en Mar del Plata, 2 de septiembre de 2009).

O también: “Cuando en el año 2003 se inició el gobierno, la deuda externa representaba el 166 de nuestro PBI. Hoy la ratio de deuda en relación al PBI está en el orden 45 por ciento, un nivel de desendeudamiento y de acumulación de divisas en el Banco Central que nos ha permitido afrontar con una fortaleza inédita lo que sin lugar a dudas constituye luego del año 1930, la crisis económica más importante de la que se tenga memoria”. (Acto Día de la Industria, 1º de septiembre de 2009)

Y así de seguido: “Recién escuchaba atentamente a Pacho O'Donnell, un prestigioso historiador argentino, relatar lo que ha sido el ocultamiento histórico, no solamente de la Vuelta de Obligado, del hecho puntual, soberano, de haber enfrentado con valentía y patriotismo a las principales potencias de aquella época. En realidad es toda una estrategia deliberada, que se ha tenido desde siempre para ocultar la verdadera historia a los argentinos y para auto denigrarnos y hacernos creer que no valemos nada”. (Homenaje al Día de la Soberanía Nacional, 20 de noviembre de 2009)

Podríamos volcar citas tras citas. Pero… ¿para qué? si “la verdad es la única realidad”.

Y si no alcanza hay que preguntar a los jubilados (si la escuchan) que este año no sólo han recibido dos aumentos, sino que también, un aporte adicional de trescientos cincuenta pesos en este mes de diciembre

LA Carrió también la escucha… y porque la escucha, siente envidia, que es la tristeza o pesar por el bien ajeno; es el deseo de algo que no se posee.

LA Carrió no posee lo fundamental en política: dignidad y el respeto de los demás. Es el hazmerreír (persona que por su figura ridícula y porte extravagante sirve de diversión a los demás, según el diccionario).

LA Carrió no es escuchada; no puede ser escuchada ni tenida en cuenta; y los legisladores nacionales no deben aprobar su Diploma de Diputada Nacional, ya que ha incurrido en Traición a La Patria, por denostar la imagen del país en el exterior, basada en mendacidades.

LA Carrió, por su cipayismo, servilismo y mentalidad de sometida a los poderes imperiales, demuestra que no son anormales las circunstancias que vivimos, sino el funcionamiento de alguna de sus neuronas.

Inodoro, el gaucho renegado, (como tantos argentinos) le diría a Mendieta: ¡que lo parió con LA Carrió!!!

Osvaldo Vergara Bertiche
Rosario, Provincia de Santa Fe
27 de Noviembre de 2009