EL MANEJO DE NUESTRO PRINCIPAL AHORRO VUELVE A LA NACIÓN


Por Julio Fernández Baraibar

El proyecto de reestatizar el sistema previsional argentino que acaba de enviar la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su aprobación por parte del Congreso pondrá fin a una de las más inicuas apropiaciones del ahorro argentino por parte del capital financiero internacional y devolverá a los argentinos el manejo del mismo.
El sistema de las AFJP fue impuesto en el medio del saqueo al que fue sometido el país por Menem, Cavallo y el neoliberalismo financiero.
Además de la pérdida de nuestras grandes empresas estatales, el transporte aéreo, las comunicaciones, el petróleo, el hierro, el carbón, la minería y hasta el correo, el sometimiento del país a los dictados imperialistas impuso la apropiación por parte de las finanzas internacionales del sistema provisional.
Millones de argentinos fueron forzosamente afiliados a las AFJPs que prometían, como lo hace todo estafador, una prodigiosa multiplicación de los aportes obligatorios.
Muchas voces se levantaron entonces contra el sistema, cuyo simple análisis matemático evidenciaba como un timo mondo y lirondo. Entre ellas, la del entonces diputado Moisés Fontela, que en un librito de unas cien páginas demostró la burla que se estaba montando, el saqueo a que se sometía al país y la imposibilidad del sistema a mediano plazo.
La propuesta de Cristina ha puesto fin a esa iniquidad y nuestro Estado vuelve a recuperar este fundamental instrumento financiero. Aprovechando la situación de desmadre del sistema financiero internacional, cuya génesis está en su misma mecánica - la producción de más dinero por medio del dinero, sin necesidad de la trabajosa intermediación de la mercancía -, el gobierno continúa recuperando para la voluntad nacional los comandos económicos estratégicos.
Después que el fanatismo liberal de los republicanos se transformara en nacionalización de los bancos, después que Sarkozy declarara muerto el sistema financiero mundial que regía hasta hace quince días, ¿cuáles serán los argumentos de la oposición?, ¿qué principios sacrosantos de libertad individual habrá pisoteado esta vez el gobierno?
Ya están alegando que se usa con fines recaudatorios. ¿Y con eso qué?
En momentos en que un vendaval financiero y económico da vueltas patas para arriba todo el mundo capitalista, es obligación, y no sólo derecho, de un gobierno tener bajo sus manos la mayor cantidad de herramientas que garanticen el menor costo posible para sus ciudadanos.
Se van a respetar los derechos de los aportes ya efectuados y se respetará a quienes quieran poner en la timba de las finanzas privadas la parte de su ahorro extra. Pero los fondos acumulados hasta hoy no van a zozobrar como producto del gran casino financiero. Ni enriquecidos, venales y pésimos administradores podrán cobrar sus siderales sueldos, mientras se evapora el ahorro de más de diez años.
Ya han aparecido en la prensa canalla los pájaros de rapiña convocando a un torrente de juicios contra el estado.
Ya han aparecido los émulos de la gata de doña Flora que se quejan por las formas o el momento.
La señora Carrió pone sus ojos en blanco y profetiza nuevos fines del mundo, tal como lo hace con frecuencia.
La desvaída oposición sólo intenta desprestigiar al gobierno, mientras de su seno no ha salido una sola idea o proyecto para enfrentar la crisis mundial, que los tomó por sorpresa, sin excepción.
El gobierno de Cristina, en medio de la tormenta, ha retomado la iniciativa política.
El siguiente paso debe ser la derogación de la actual ley de entidades financieras y la sanción de un nuevo instrumento legal que devuelva al país su capacidad y control
Caracas, 21 de octubre de 2008